LAMENTO DEL PÁRAMO DE SANTURBÁN

      LAMENTO DEL PÁRAMO DE SANTURBÁN

Si lloraban los guaduales, ahora lo hacen los frailejones,
que al borde de la laguna, tiemblan de miedo y espanto
ante el horror de las llamas que calcinan su alma
destruyendo el líquido preservado por centurias.
¡el horror vuelve a crecer!
 
Tan solo por el pecado de contener sin malicia, allá en sus
profundidades, el metal más codiciado, por corruptos  invasores,
que haciendo de samaritanos alardean de señores; sin sentimientos
humanos, capaces de asesinar a la misma Madre Tierra, para sacar
de sus entrañas, el oro que envilece y endurece la conciencia.
 
Los musgos que cobijan con su manta colorida,
la piel del páramo de Santurbán, están llorando a raudales,
presagiando el cruel desastre que manchará el azul celeste
del agua que reflejando el cielo, baja alegre y presurosa para
mitigar la sed del pueblo Santandereano; de ese pueblo que
en sus venas lleva una herencia guerrera, ansiosa de libertad. 
 
¿Qué nos diría Galán, Manuela o Alcantuz?
“Los caballos de los conquistadores, no comen oro, beben agua”.
No entreguemos, por favor, el tesoro más preciado, porque el oro
ambicionado, exterminará a nuestras gentes, mutilará a nuestros
niños, y acabará con los páramos que son reservas fervientes.
 
Autora:
 
Rosita Albarracín Galeano

 ¡AGUA SÍ, ORO NO!

 

 

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