FELIZ DÍA DEL MAESTRO

PLEGARIA

¡Divino Maestro!

En el silencio de éste momento y en la quietud del bullicio

de los estudiantes que pusiste en mis manos,

para moldear sus corazones y sus mentes,

cual hábil alfarero, me postro ante tus plantas redentoras,

para plasmar una a una, las huellas de mi duro

y aciago caminar. Tú conoces mi debilidad, Señor.

Tú sabes que muchas veces he enterrado los talentos

que un día me diste por herencia;

porque sentí miedo Señor, que al descubrir mi alma,

trocase con la bruma infinita del destino y un denso

nubarrón en lontananza, lanzará mi nombre en el olvido.

Sin embargo, Señor, aquí me tienes, ávida de esperanzas,

de sueños e inquietudes, en el lugar que Tú escogiste 

para cuidar tu mies selecta, adornada de virtudes;

porque es tu dulce Madre quien ostenta en su regazo,

el manto azul para cubrir de amor, de dichas,

de caricias maternales, las tiernas flores 

que crecen presurosas en el jardín de cada Institución.

Gracias Señor, por tu bondad inmensa,

por permitir que comparta Contigo, la misión noble

y delicada de formar; has que no llene la mente

de instrucción superflua, sino que llegue al fondo

del corazón de mis alumnos, aciendo vibrar en ellos

las melodías de tu amor.

Has que enseñe con el ejemplo, que sea sensible

ante el dolor ajeno, que mitigue las penas de quien sufre

y endulce el acíbar amargo de la vida.

Que sea luz en el sendero oscuro y tortuoso del destino,

pero ante todo Señor, permite que sea vínculo

de unidad  y de armonía, para que reinen siempre

entre nosotros la paz y la alegría.

Autora:

Rosita Albarracín Galeano

 

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